El Nombre de Cantabria
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La denominación de Cantabria procede del nombre del pueblo que habitó esta región en la antigüedad, al que llamaban Cántabro. No es segura la etimología de este vocablo. La raíz <> es celta o ligur y probablemente, significa piedra o roca. El sufijo <> tiene un sentido de <>. Según esto, Cántabro sería tanto como habitante de las peñas o de las montañas. Cántabro, el pueblo que habitaba la región de Cantabria era conocido en la antigüedad por las fuentes grecos-latinas con el nombre de Cántabro. Se trataba de gentes de montaña, que ocupaban un territorio cuyas fronteras rebasaban algo a las actuales de la región. Así , por el oeste, los Cántabros llegaban hasta el sella, al otro lado del cual se asentaban los Astures; por el sur llegaban hasta Cistierna, Guardo, Amaya, Bricia y Espinosa de los Monteros, Lindando con vacceos y turmogos, y por el este, el país de los Cántabros incluía el valle de Guriezo. Ocupaban, pues, la zona montañosa hasta el borde de las llanuras Castellanas, dominadas por las imponentes fortalezas de la peña Amaya, verdadera atalaya Cántabra sobre las tierras de vacceos y turmogos. La zona más caracterizada de Cantabria lo constituía las fuentes del Ebro y la franja costera que viene a coincidir con su meridiano. En realidad, se trataba de un conglomerado de pueblos unificados y controlados por gentes procedentes de las inmigraciones indoeuropeas del 700 antes de Jesucristo (probablemente los plentuisios y blendios del nacimiento del Ebro), y del año 600 antes de Jesucristo (los vellicos de la zona sur del país). Esto es lo que daba el carácter predominante <> al pueblo. En el que, por una parte, existía a su vez numerosos elementos culturales locales que se remontan, por lo menos, a la edad de bronce y, por otra, había influjos celtibéricos foráneos que iban superponiéndose, especialmente desde del siglo II antes de Jesucristo. Los Cántabros estaban divididos en tribus o <>, probablemente no todas ellas culturalmente homogéneas. Además de las tribus ya citadas, los orgenomescos ocupaban una extensa zona de la región más occidental de la costa, que incluían San Vicente de la Barquera. También se cita a los avaríginos en el Alto Nansa; a los salenos, acaso, en las riberas del Saja. Los Cántabros coniscos tal vez ocupaban Valderredible. Los coniacos, la zona oriental y los concanos, posiblemente, la Liébana. Por de bajo de la tribu había una unidad social elemental que se llamaba <> o clan. En las costumbres de los Cántabros había rasgos de tipo indoeuropeo, y otros muy acusados al menos en ciertos ambientes, evidentemente preindoeuropeos. Entre éstos destaca un cierto comportamiento de carácter matriarcal, con un predominio no tanto de la mujer como de la familia de ésta sobre la del marido, en temas de propiedad, transmisión de herencias y dotes matrimoniales. El género de vida es muy sobrio, las fuentes de producción muy escasas y reducidas a una economía de subsistencia fundada en la ganadería y en la cultura elemental. La actividad preferente del varón era la guerra, en la que los Cántabros destacaban como guerreros de un heroísmo a veces rayando la locura. No solo luchaban entre si, sino que depredaban, en los momentos propicios, los ricos campos de la llanura Castellana y se ofrecían como soldados mercenarios en países relativamente lejanos. Por eso adquirieron una merecida fama de temibles guerreros, amantes de sus costumbres y de su independencia. Cuando la derrota era inevitable, no rehuían el suicidio como salida honorable, para lo cual usaban una poción letal extraída de las hojas del tejo. </BLOCKQUOTE>